lunes, 18 de mayo de 2009

Legado de Benedetti - un caso no perdido

Poesía y teoría y crítica y diálogo...

SOY UN CASO PERDIDO

Por fin un crítico sagaz reveló
(ya sabía yo que iban a descubrirlo)
que en mis cuentos soy parcial
y tangencialmente me exhorta
a que asuma la neutralidad
como cualquier intelectual que se respete

creo que tiene razón
soy parcial
de esto no cabe duda
más aún yo diría que un parcial irrescatable
caso perdido en fin
ya que por más esfuerzos que haga
nunca podré llegar a ser neutral

en varios países de este continente
especialistas destacados
han hecho lo posible y lo imposible
por curarme de la parcialidad
por ejemplo en la biblioteca nacional de mi país
ordenaron el expurgo parcial
de mis libros parciales
en argentina me dieron cuartenta y ocho horas
(y si no me mataban) para que me fuera
con mi parcialidad a cuestas
por último en perú incomunicaron mi parcialidad
y a mi me deportaron

de haber sido neutral
no habria necesitado
esas terapias intensivas
pero qué voy a hacerle
soy parcial
incurablemente parcial
y aunque pueda sonar un poco extraño
totalmente
parcial

ya sé
eso significa que no podré aspirar
a tantísimos honores y reputaciones
y preces y dignidades
que el mundo reserva para los intelectuales
que se respeten
es decir para los neutrales
con un agravante
como cada vez hay menos neutrales
las distinciones se reparten
entre poquísimos

después de todo y a partir
de mis confesadas limitaciones
debo reconocer que a esos pocos neutrales
les tengo cierta admiración
o mejor les reservo cierto asombro
ya que en realidad se precisa un temple de acero
para mantenerse neutral ante episodios como
girón
tlatelolco
trelew
pando
la moneda

es claro que uno
y quizá sea esto lo que quería decirme el crítico
podría ser parcial en la vida privada
y neutral en las bellas letras
digamos indignarse contra pinochet
durante el insomnio
y escribir cuentos diurnos
sobre la atlántida

no es mala idea
y claro
tiene la ventaja
de que por un lado
uno tiene conflictos de conciencia
y eso siempre representa
un buen nutrimeto para el arte
y por otro no deja flancos para que lo vapulee
la prensa burguesa y/o neutral

no es mala idea
pero
ya me veo descubriendo o imaginando
en el continente sumergido
la existencia de oprimidos y opresores
parciales y neutrales
torturados y verdugos
o sea la misma pelotera
cuba sí yanquis no
de los continentes no sumergidos

de manera que
como parece que no tengo remedio
y estoy definitivamente perdido
para la fructuosa neutralidad
lo más probable es que siga escribiendo
cuentos no neutrales
y poemas y ensayos y canciones y novelas
no neutrales
pero advierto que será así
aunque no traten de torturas y cárceles
u otros tópicos que al parecer
resultan insoportables a los neutros

será así aunque traten de mariposas y nubes
y duendes y pescaditos
Mario Benedetti, Cotidianas.

jueves, 30 de abril de 2009

Otra vez la doctrina del shock

Nuevo virus y viejas mañas. Atizar y sacar provecho de la confusión y la alarma sociales es una jugarreta recurrente para confeccionar estados de control e imponer políticas siniestras. Aprovechando el golpe de la influenza, en México se han hecho algunas enmiendas y se han pasado ‘al vapor’ algunas leyes que tocan fibras vitales. Entre otras, se aprobó sin demasiada bronca una ley que faculta a una ‘policía encubierta’ para intervenir teléfonos e internet. Hay también por ahí reformas en el ámbito de la Educación, la Expropiación y el Turismo de las que poco se ha informado y menos se ha discutido. El mecanismo es sencillo: en un estado colectivo de estrés y desorientación las nuevas normas se inyectan con facilidad. La periodista canadiense Noami Klein desarrolla esta idea como ‘la doctrina del shock’ (en el libro homónimo) y Alfonso Cuarón hace un corto introductorio. Aunque hace algún tiempo ya lo había colgado en el blog, lo pongo de nuevo porque nos invita a pensar en cómo las cosas están sucediendo y se están manejando en torno a la ‘gripe porcina’ y los oscuros movimientos que se pueden gestarse en esta coyuntura. Hace unas décadas la CIA ya informaba en sus manuales de interrogación: “la capacidad de resistencia disminuye debido a la desorientación”. Y una mente aprovechada ya aconsejaba a los políticos que “inmediatamente después de una crisis deberían imponer todas las políticas dolorosas a la vez, antes de que la gente pudiera recuperar el paso”.

viernes, 17 de abril de 2009

Sobre la curiosidad, Foucault



"La curiosidad es un vicio que ha sido estigmatizado una y otra vez por el cristianismo, por la filosofía e incluso por cierta concepción de la ciencia. Curiosidad, futilidad. Sin embargo, la palabra curiosidad me gusta; me sugiere totalmente otra cosa: evoca el 'cuidado', evoca lo solicitud que se tiene con lo que existe y podría existir, un sentido agudizado de lo real pero que nunca se inmoviliza ante ello, un prontitud en encontrar extraño y singular lo que nos rodea, un cierto encarnizamiento en deshacernos de nuestra familiaridades y en mirar de otro modo las mismas cosas, un cierto ardor en captar lo que sucede y lo que pasa, una desenvoltura a la vista de las jerarquías tradicionales entre lo importante y lo esencial."

Foucault, Michel (1994) Estética, ética y hermenéutica. Barcelona: Paidós

miércoles, 8 de abril de 2009

Llueve

Ya se sabe que el leguaje encapsula significados y modela el mundo. El tiempo, por ejemplo, es una invención humana cargada de teorías y convenciones, gobernada por los imaginarios lingüísticos con que la amasamos. Paradójica condición la humana que es gobernada por sus propias criaturas. Y digo que amasamos el tiempo en el sentido de que usamos palabras y estructuras gramaticales como si fueran pinzas, desarmadores, mazos. En el imaginario occidental dominante hay tres tiempos básicos: pasado, presente y futuro. Aunque con variaciones y matices propios de cada idioma, el sentido común nos dice que estas formas del tiempo son excluyentes entre sí y que siguen una secuencia lineal invariable. Pero luego viene la poesía, y la poesía es el lenguaje que se libera a sí mismo, que rompe desde adentro sus propias ataduras y nos abre las puertas a territorios insospechados, a nuevos tiempos. Esto pensaba ayer mientras miraba llover, y la lluvia también me decía cosas y me recordó aquel poema de Borges -a propósito de habitar tiempos poco convencionales-:

¿En qué ayer, en qué patios de Cártago,
cae también esta lluvia?


Entonces me pregunté si alguna de estas gotas que se precipitaban tras la ventana ha regado ya aquel almendro de Colima ayer… o mañana.

viernes, 27 de marzo de 2009

Esta boca es nuestra

A la vida le da por plantear sus reveses de vez en cuando y en estos últimos meses se ha empeñado de enseñar el cobre. De repente se revelan brotes pseudoesquizofrénicos en las esquinas del mundo más inesperadas y uno no atina a gestionar la estupefacción con suficiente rapidez. Quizá por eso una nube de tristeza y enojo vino a merodear por estos días. Quizá por eso es que ha costado escribir para desmenuzar el embrollo que se viene tejiendo. Cuando volví de Colima a Barcelona ya se venía perfilando el naufragio y acá terminó de explotar en forma de macanazos. Ajá. Será la crisis económica o nerviosa, será el horóscopo, será la edad. Primero, quisieron amarrarle una pata al animal de Parolicias. Luego, vino a establecerse una rutina de gestiones burocráticas poco productivas. Y para derramar el jarrón, la policía regresó a hacer de las suyas y cargó contra los estudiantes que se manifestaban para defender la universidad pública. A fuerzas de golpes y patadas disolvieron dos manifestaciones en las calles barcelonesas y dejaron en claro que aquí no hay por qué molestarse en pensar. Y esto terminó de agriar los ánimos. La cosa está tensa y parece que seguirá en incremento.

Como era de esperarse, los medios de comunicación se han dedicado a desprestigiar las reivindicaciones estudiantiles y a defender los intereses de las empresas y el Estado (en ese orden). Por lo demás, es muy triste que a mucha gente estos asuntos sencillamente no le distraigan de sus substanciales actividades cotidianas, no le quiten el sueño, no le ‘coman el coco’. Será que su comprensión del mundo tiene unos alcances que me están vedados o que simplemente no me he enterado de que, por alguna razón, ya nada de esto vale la pena. Y así me vino a la cabeza el verso sabinesco:

La guerra que se acerca estallará
mañana lunes por la tarde
y tú en el cine sin saber
quién es el malo mientras la ciudad
se llena de árboles que arden
…y el cielo aprende a envejecer.

Las imágenes que dejo son escandalosas, demandantes y estorbosas para la conciencia en reposo. Pero mi necedad me repite que importan y que el silencio en estos casos es similar a la complicidad. En alguna ocasión se me ocurrió pensar que la guerra que enfrenta macanas contra libros es la más sórdida y la más guerra de todas. Y también es la guerra de la historia y de la vida, de la que es imposible, en el fondo, mantenerse al margen. A pesar de todo, algunos miles de personas salimos ayer a la calle y marchamos por media Barcelona. Había gente que aún cojeaba por los golpes de hace unos días, y venía sonriendo. A pesar de todo, la primavera está llegando y estamos saliendo a la calle, y saldremos otra vez mañana, y diremos…

El mismo día, en la noche:

Más información aquí y aquí.

jueves, 16 de octubre de 2008

Anda el animal

Si Parolicias fuera un retoño antropomorfo, ahora estaría en condiciones de mantener una conversación coherente y de manipular objetos diversos con una motricidad fina notable. Sus operaciones cognitivas se caracterizarían por la irreversibilidad, la centración y el egocentrismo. Su razonamiento moral estaría ingresando a la etapa pre-convencional, donde la conducta es regida por controles externos básicamente a través de recompensas y castigos. Habría conseguido ya el control de esfínteres y estaría entrando en los fangosos territorios del complejo Edipo/Electra. Su lenguaje se ceñiría a las reglas de la gramática y contaría con un vocabulario de entre mil quinientas y dos mil trescientas palabras. Probablemente también tendría un apego seguro para con su cuidadora principal. Sin embargo y felizmente, a sus cuatro años, esta criatura ha roto todos los cánones de la ciencia de la predicción. Fue concebida en una cópula creativa de un trío (ajá), y ha sido criada y nutrida por una cantidad creciente de madres/padres adoptivos. El único apego que conoce es a la música y a las letras, de ahí en más, se empeña en no ser de nadie. Desde siempre le han brotado palabras multiformes y fecundas de la boca, y antes de caminar aprendió a bailar. Definitivamente, los castigos y las recompensas de las autoridades le tienen sin cuidado, y mantiene la misma incontinencia de antaño. Nunca pudo socializar de otra manera que no fuese compartiendo lo viejo y abrazando lo nuevo: sus nociones de espacio y tiempo son fluidas e inestables. Anda por ahí dando brincos, como un animalito salvaje que no ha sido domesticado por la buena educación de la recta sociedad. ¡Eso sí que es para celebrar!

domingo, 21 de septiembre de 2008

Crisis económica o nerviosa


Cuando los medios de comunicación y los “expertos” hablan de la crisis económica se usan palabras como “tsunami” económico, “terremoto” bursátil y “cáncer” financiero. Que curiosa trampa retórica ésta, que maquilla el asunto de catástrofe natural y crea así la sensación de que el sistema económico y sus avatares son una especie de fuerza gravitatoria que está ahí nomás, desde siempre, como cualquier otra propiedad del universo y que por consiguiente está fuera de nuestro control y lo único que nos queda por hacer es padecer las crisis con resignación y rezar mucho para que pasen pronto y dejen los menos vestigios posibles. El otro día salió en la tele uno de esos peces gordos de la economía gringa, decía que estas crisis son “normales”, está previsto que ocurran más o menos una vez cada cien años, así funciona el mercado. Ah, bueno –pensé yo-, esta explicación nos deja más tranquilos: son los ciclos corrientes del sistema así que tampoco hay que armar tanto escándalo. Para mayor alivio, el señor hablaba con una tranquilidad y una sabiduría de viejo lobo de las mareas de Wall Street, a lo mejor la calma que proyectaba estaba apuntalada por el traje refinado que vestía y porque en su rostro lucía ese brillo rollizo de quien no sabe lo que es tener hambre. De modo que la alza de los precios, las deudas que ahogan las economías familiares, los pobres del mundo que se multiplican con panzas famélicas, la exterminación de los ecosistemas, las generaciones que no podrán acceder una vivienda, la precariedad de la vida, pues son nada más que efectos secundarios que vienen dados con el buen funcionamiento el sistema capitalista neoliberal. Así que a aguantarse: con suerte soplarán vientos menos severos en unos veinte años… claro, dependiendo de a dónde le haya tocado a uno vivir. En las noticias de ayer se escuchaba: “los mercados no reaccionan a pesar de las inyecciones…”. El sistema es como un dinosaurio postrado, jadeante y podrido, y nosotros impávidos mirándole alrededor, con nuestros pobres recursos de médicos desahuciados. Pero esta animal tiene su propia lógica y su propia forma de operación que según dicen no es menester de los humanos (pobres mortales que le miran con reverencia) y mucho menos de los gobiernos, al parecer.
Ahora bien, yo no soy un erudito de la economía, pero no hace falta serlo para darse cuenta de dos cosas básicas: uno, que éste es un sistema absurdo porque su mantenimiento y crecimiento dependen de la generación de pobreza, de la injusta distribución de recursos de todo tipo y de la devastación ecológica. Y dos, que no es naturalmente el único sistema económico posible; que, aunque quieran hacernos creer lo contrario, se pueden construir formas alternativas de comerciar, de satisfacer nuestras necesidades, de consumir y de estar en el mundo.
Quizá lo más asombroso es que hemos dejado de impactarnos e indignarnos por estos mecanismos truculentos. Nos hemos acostumbrado a mirarlo como cosa de todos los días: ya no nos asquea el hedor y la descomposición que va dejando por todos lados, se ha convertido en nuestro hábitat natural. Aunque no lo parezca, la retórica sobre la economía que nos ofrecen los dueños del dinero contribuye en buena parte a perpetuar el sistema, a generar un imaginario donde las cosas son así y no pueden ser de otra manera, a naturalizar un régimen. Al hablar en esos términos, al observar las cosas de esa manera, nos situamos automáticamente en un lugar más limitado y con menos posibilidades de acción y transformación. Entonces parte de la guerra que tendríamos que dar pasa por contar la historia de otra forma, por contar otras historias y por adueñarnos de las palabras con que hacemos al mundo.
Ayer por la mañana, camino a la universidad, me topé en la boca del metro con gente voluntaria que estaba repartiendo un impreso activista muy meritorio y muy ilustrativo que precisamente se ha propuesto poner su palabra para empezar a engordar la nueva historia. El impreso está en catalá pero aquí está la versión online en varios idiomas. Bon profit!